XXV ANIVERSARIO
PROMOCIÓN 1982-1987
LICENCIATURA EN MATEMÁTICAS
FACULTAD DE CIENCIAS
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Granada, 2 de junio de 2012
XXV ANIVERSARIO
Sr. Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de
Granada, estimados profesores, compañeras, compañeros, amigos
todos.
He de comenzar mi intervención agradeciendo al Sr. Decano su
hospitalidad y su presencia en este acto tan entrañable que hoy
celebramos, el XXV Aniversario de la Promoción 1982-1987 de
la Licenciatura en Matemáticas de la Universidad de Granada.
la Licenciatura en Matemáticas de la Universidad de Granada.
Así mismo he de agradecer la presencia a los profesores que nos
acompañan porque sabemos que las agendas están muy cargadas
de compromisos, conferencias y reuniones, y no es fácil reservar
un hueco para este tipo de actos. Gracias a tod@s. Les pido
perdón de antemano por tener que escuchar año tras año discursos
parecidos, créanme si les digo que se de lo que hablo, ya que año
tras año por estas fechas despedimos, los que nos dedicamos a la
enseñanza, a nuestros alumnos que terminan su bachillerato, y
aunque pensemos que no, ellos siempre recordarán que estuvimos
allí.
También quiero, y hablo por todos, agradecer de corazón el
esfuerzo, entusiasmo y empeño de la comisión organizadora por
hacer realidad este encuentro, por darnos la posibilidad de revivir
por unos instantes nuestra llegada a esta facultad y muchos de
nosotros a esta ciudad, que tantos secretos guarda, dormidos con
nuestros días de juventud. De verdad GRACIAS.
Por último, agradezco enormemente que me hayáis dado la
oportunidad de poder conducir el recorrido por algunos recuerdos
que todos guardamos y que yo traigo reflejados en estas líneas y
guardados en mi corazón.
Quiero empezar también recordando a aquellos a los que seguro
les hubiera gustado compartir este día con todos nosotros y a los
que echamos de menos, y que por capricho del destino
“llamémosle así”, nos dijeron adiós hace tiempo, nuestra
compañera Ana Mª Muñoz Torres, y nuestros profesores Pablo
Bobillo Guerrero, Floro García Santos y Francisco Ocaña Ocaña.
Gracias también a vosotros allá donde estéis por compartir parte
de vuestra vida, de vuestros días,…, estaréis siempre presentes en
nuestro recuerdo.
Bueno, no hemos venido aquí a ponernos tristes, no es esa la tarea
que tengo encomendada. Cuando Manolo Román y Miguel
Anguita me llamaron una tarde (no hace mucho por cierto), y me
dijeron que habían decidido que fuera yo el encargado de hablar
en este acto, fueron muchos los sentimientos que se agolparon en
mi mente:
- Alegría: Pues me llenaba de orgullo representar a esta
promoción de matemátic@s donde tantas amigas y amigos
promoción de matemátic@s donde tantas amigas y amigos
coseché y conservo.
- Rabia: Pues cómo era posible que hubieran pasado ya 25
años, si como dice la canción
“parece que fue ayer”
cuando ocupábamos estas aulas, estos bancos, y es cierto,
“nosotros los de entonces ya no somos los mismos”
- Miedo: ¿Y ahora que digo yo? ¿Estaré a la altura? ¿Me
traicionarán los nervios?
Pero en cuanto me detuve unos minutos a pensar en esos años, los
recuerdos y las vivencias se agolpaban en mi mente, dispuestos
todos a ser los primeros en aparecer en estos papeles.
Muchos llegamos de diferentes puntos de la geografía andaluza e
incluso de fuera de ella, y otros ya estaban aquí aquel octubre de
1982. Por aquellos días, estaba a punto de ganar las elecciones
generales un jovencísimo Felipe González, hubo mundial de
fútbol y aunque faltaban 28 años para que lo ganáramos nosotros,
al igual que en España, en nuestras vidas se auguraban muchos
cambios, éramos por fin universitarios y aunque no sabíamos muy
bien lo que aquello significaba, nos dimos cuenta muy pronto,
pues había que ser muy torpe -no era nuestro caso por
supuesto para
supuesto para
no adivinar lo que se avecinaba.
España en la OTAN y nosotros en 1º de carrera, “
casi ná”, fueron días de empezar a familiarizarnos con el Álgebra,
Geometría,
Geometría,
Estadística, Análisis…, pero también de nuevas relaciones,
cervecitas, y conocimiento de calles y lugares importantes en
nuestra nueva ciudad de residencia.
Teníamos la frescura de la juventud y la inconsciencia de los 18
años, pero también más pelo, menos canas, y muchos de nosotros
bastante menos tripita. Teníamos la ilusión de un futuro cercano y
unas ganas locas de comernos el mundo aunque en algunos
momentos daba la impresión de que era éste el que nos devoraba
a nosotros. Teníamos un montón de folios en blanco que
debíamos
a nosotros. Teníamos un montón de folios en blanco que
debíamos
empezar a llenar de teoremas, proposiciones, corolarios y
ecuaciones, y también crisis existenciales cada día, ¿Dios mío,
donde me he metido? ¿Pero esto qué es? ¿Qué hago yo aquí? Y
sobre todo cuando nos preguntaban, ¿qué estudias qué…?
Durante los años de carrera y en años posteriores he tenido que
contestar muchas veces a la famosa pregunta de
¿y esto para qué sirve?
Después de soltar mi discurso aprendido y convencido de
aclarar que “las matemáticas dan respuesta al sentido de la
vida”, que “todo en la vida es número”, hemos tenido que llegar
a la situación mundial actual, para tenerlo mucho más fácil, sin
vida”, que “todo en la vida es número”, hemos tenido que llegar
a la situación mundial actual, para tenerlo mucho más fácil, sin
matemáticas como íbamos a saber lo que era la prima de riesgo,
el IBEX 35, las participaciones preferenciales, las calificaciones
de deuda por Standard & Poor’s, cuánto nos van a recortar el
el IBEX 35, las participaciones preferenciales, las calificaciones
de deuda por Standard & Poor’s, cuánto nos van a recortar el
sueldo,…, en fin, confío en que vendrán tiempos mejores.
Bueno, sigamos con lo que ahora nos atañe, como decía teníamos
casi de todo, aunque es cierto, y nuestros hijos hoy no se lo crean,
pudimos sobrevivir sin móvil, no teníamos ni facebook ni ebook,
pero nos íbamos a correr por el campo con nuestras flamantes
Reebok; no teníamos google ni moodle, pero nos divertíamos con
un simple puzzle; no teníamos ni MP3, MP4, archivos WAV o
JPG, pero empezábamos a conocer el BMDP; no hacíamos
botellón, pero íbamos al Tío Paco, al MV, al Pájaro Loco, y nos
divertíamos mogollón; no hacíamos la matrícula por Internet, pero
aprovechábamos la cola para ligar-charlar-conocer; no teníamos
Erasmus, pero empezábamos a saber lo que eran los orgas…,
perdón que me voy. Pero por supuesto, por mucho moodle que
ahora tengan, nada comparable con las visitas a las vitrinas de los
departamentos de Algebra y Análisis cuando salían las fatídicas
listas de suspensos y algún que otro aprobado. ¿Y qué me decís
del tacto y olor de las papeletas? Seguro que muchos aún las
tendréis guardadas.
Cuando iban pasando los cursos se iban estableciendo nuevas
parejas, aunque otras ya formadas, duramente soportaban la
distancia. Teníamos envidia sana de los que vivían en su casa,
aunque ellos también envidiaban a los que vivíamos fuera de la
nuestra, pues aprendimos que las noches también se podían
dedicar, a interminables partidas de Canasta, Continental, Risk,
incluso sin conectarnos en red, y por supuesto el que quisiera
podía estudiar.
Fueron pasando los años y nos iban dejando huella, conocimos al
Sr. D’Hont, (culpable en la actualidad al parecer de todos los
males del reparto de escaños, disculpando por tanto a las
circunscripciones electorales), aprendíamos integrales dobles,
triples, grupos, anillos, ideales: ideales ¡cuántos teníamos
entonces!, hasta toreábamos toros de revolución, que no solo se
utilizan para los videojuegos, (el famoso efecto llamado “mundo
toroide” del juego Superbario Bross) sino que también aparece
en los mas mundanos dónuts causantes de las tripitas a que hacía
en los mas mundanos dónuts causantes de las tripitas a que hacía
referencia antes. Pero no solo aprendíamos matemáticas puras y
duras, sino que también aprendíamos a vivir independientes de
nuestras familias, y los que no lo habíamos hecho nunca,
aprendíamos a cocinar, limpiar, y muchas otras cosas sin
importancia o superimportantes, como por ejemplo, lo que yo
aprendí casualmente tras protestar a D. Pablo Bobillo por
ponernos un examen el 18 de julio ¿Qué pasa Sr. Rodríguez?
¿Tiene Vd. algo en contra de San Federico?
(El santo del día). Me quedé pasmado y por supuesto hicimos el
examen en esa fecha y además desde entonces mi amigo Federico
recibe todos los años mi felicitación puntualmente.
examen en esa fecha y además desde entonces mi amigo Federico
recibe todos los años mi felicitación puntualmente.
Entre cónicas y cuádricas, se nos pasó el año de 3º, por cierto,
repasando las asignaturas que hoy cursan los estudiantes de
nuestra carrera he encontrado una que se llama Geometría e
imaginación y me pregunto ¿cabe mayor imaginación que aquello
de “…por casualidad tengo en mi bolsillo esta cuerda…”?
Vamos, ni pizarras digitales ni geogebra, no creo que nadie sea
capaz de reproducir en una pizarra moderna los maravillosos
dibujos, que casi en tres, a veces hasta en cuatro dimensiones, nos
hacía el profesor Carrasco.
Llegó 4º de carrera y además de recibir a l@s almerienses, a l@s
mancheg@s y a l@s murcian@s con los que conectamos
de inmediato haciendo nuevas y fuertes amistades, empezamos a
de inmediato haciendo nuevas y fuertes amistades, empezamos a
decidir si especializarnos, o no, en Matemática Fundamental,
Metodología o Estadística e Investigación Operativa, pensando
cada uno que ese sería su mejor camino para afrontar el resto de
la carrera y el de nuestras vidas. Y por cierto, nuestro primer
la carrera y el de nuestras vidas. Y por cierto, nuestro primer
contacto con el bilingüismo ¿alguien se acuerda de qué trataba
aquella conferencia que recibimos en inglés?
What do you think about…?
Ahí me quedé. Ahora, tras nuestros viajes a las escuelas
oficiales de idiomas recibiendo los famosos CAL nos tenían que
ofrecer esa conferencia eh?
Y vamos terminando, 5º de carrera, creíamos que nunca llegaría y
entre Análisis Multivariante, Análisis V, Didáctica de las
Matemáticas etc. se nos pasó el curso casi sin darnos cuenta.
Ahora, afortunadamente, solo nos acordamos de los buenos
momentos “y de los apuntes compartidos”. Seguro que también
aún guardamos algunos que se salvaron de los traslados de casa
en casa a lo largo de estos años. Y por supuesto, como acabamos
de ver, muchos son los recuerdos también fotográficos de
nuestros viajes a la Alpujarra, a Cazorla, a Portugal, a Almería, de
nuestra cena fin de carrera...
en casa a lo largo de estos años. Y por supuesto, como acabamos
de ver, muchos son los recuerdos también fotográficos de
nuestros viajes a la Alpujarra, a Cazorla, a Portugal, a Almería, de
nuestra cena fin de carrera...
En fin, entre estas paredes que fielmente guardan nuestros
secretos, íbamos avanzando hacia nuestro futuro, incierto desde
luego. Hoy ya es pasado y cada cual al volver la vista atrás podrá
hacer balance de todo aquello que la vida le deparó. Hoy jugamos
con ventaja, pero por aquellos días empezábamos a descubrir que
no todo es blanco o negro, que hay una amplia gama de colores
entre ellos, que 2 + 2 no siempre son cuatro, que depende del
cuerpo en que se esté, igual que la vida no es siempre igual para
todos, que también depende de las circunstancias que nos rodean.
Cometimos errores y pagamos bien caras sus consecuencias por
muy injustas que parecieran, pero como de todo se aprende,
sirvieron para acercarnos y posicionarnos en nuestros ideales, los
de verdad, los que se conservan toda la vida, algunos tan
fuertemente arraigados que ni los años han conseguido debilitar.
Pues de eso se trataba, de prepararnos para la vida en el camino
que cada cual hubiera elegido, caminos diferentes, sueños
diferentes, metas diferentes, tantas como correspondían a los
ochentaitantos integrantes de esta promoción.
Tras todo lo que he relatado, creo que lo más importante que he 7
de reseñar es que nos hicimos fuertes y forjamos amistades tan
de reseñar es que nos hicimos fuertes y forjamos amistades tan
grandes que aun hoy perduran en el tiempo; prueba de ello son las
reuniones anuales, que apenas sin convocatoria año tras año
celebramos, unas veces más concurridas y otras menos, según las
posibilidades de cada cual, allá por el 27 de diciembre, siendo allí
donde empezó a fraguarse este encuentro que hoy nos reúne.
Aunque físicamente nos separamos, un lazo imaginario nos unió
para siempre, y humildemente pienso que debemos sentirnos
orgullosos y orgullosas, pues sin saberlo, cada uno desde su
elección laboral, hemos sido y somos piezas muy importantes en
nuestra sociedad, hemos contribuido a hacer este país más grande
mediante muchos buenos profesores y profesoras de universidad o
de bachillerato, pero no solo eso, también aportamos empresarios,
estadísticos, economistas, directores de centros de cálculo,
bancarios que no banqueros, políticos, y hasta algún que otro
alcalde, hombres y mujeres que desde nuestras parcelas
individuales hemos ido escribiendo la propia historia,
comprometidos con el momento.
Con todo lo que he dicho, no quiero que parezca que lo pasado
fue lo mejor, sino que para conseguir este presente que ahora
tenemos, fueron condición necesaria y suficiente los años que
vivimos entre estas paredes, que desde la seguridad que da el
paso de los años y seguro de que aunque se quiera ya nada se
puede cambiar, nos hemos de quedar con los buenos momentos y
agradecemos la oportunidad que nos dieron nuestros padres por
creer en nosotros y pasarnos el testigo del futuro, agradecemos a
nuestros profesores el esfuerzo realizado cada día en trasmitirnos
su sabiduría y hacernos más llevadera la aridez de algunas
asignaturas, y a vosotros compañeros y compañeras por compartir
tantos momentos irrepetibles que quedaron para siempre en
nuestra memoria y ya nada ni nadie nos podrá quitar, y a Soledad,
mi compañera de viaje durante todos estos años por eso y por
fue lo mejor, sino que para conseguir este presente que ahora
tenemos, fueron condición necesaria y suficiente los años que
vivimos entre estas paredes, que desde la seguridad que da el
paso de los años y seguro de que aunque se quiera ya nada se
puede cambiar, nos hemos de quedar con los buenos momentos y
agradecemos la oportunidad que nos dieron nuestros padres por
creer en nosotros y pasarnos el testigo del futuro, agradecemos a
nuestros profesores el esfuerzo realizado cada día en trasmitirnos
su sabiduría y hacernos más llevadera la aridez de algunas
asignaturas, y a vosotros compañeros y compañeras por compartir
tantos momentos irrepetibles que quedaron para siempre en
nuestra memoria y ya nada ni nadie nos podrá quitar, y a Soledad,
mi compañera de viaje durante todos estos años por eso y por
ayudarme a redondear estas palabras que termino con el poema
que ella nos dedica:
Aprendí…
que uno nunca puede
marchar hacia atrás,
que no debería
intentarse siquiera,
que la esencia
de la vida
es ir hacia delante
en un camino
sin retorno.
Aprendí…
que uno nunca puede
olvidar los caminos
con los que nos
cruzamos,
que no debería
intentarse siquiera,
que la esencia
de la vida
es regresar
por el sendero
del recuerdo.
Muchas gracias, espero no haberos aburrido demasiado y que no
tengan que pasar otros 25 años para que nos volvamos a juntar.
Gracias.
Jesús R. Rodríguez Alcázar
Granada, 2 de junio de 2012
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